El enclavado intramedular es el tratamiento quirúrgico de referencia para las fracturas diafisarias de los huesos tubulares largos de las extremidades inferiores. Ofrece ventajas como un traumatismo quirúrgico mínimo y una alta resistencia biomecánica, lo que lo convierte en el tratamiento más común para las fracturas de la diáfisis tibial, femoral y humeral. Clínicamente, la selección del diámetro del clavo intramedular suele favorecer el clavo más grueso posible que pueda insertarse con un fresado moderado para garantizar una mayor estabilidad. Sin embargo, aún no se ha determinado si el grosor del clavo intramedular afecta directamente el pronóstico de la fractura.
En un artículo anterior, analizamos un estudio que examinó el impacto del diámetro del clavo intramedular en la consolidación ósea en pacientes mayores de 50 años con fracturas intertrocantéreas. Los resultados no indicaron ninguna diferencia estadística en las tasas de consolidación de fracturas ni en las tasas de reintervención entre el grupo de 10 mm y el grupo con clavos de más de 10 mm de grosor.
Un artículo publicado en 2022 por académicos de la provincia de Taiwán también llegó a una conclusión similar:
En un estudio con 257 pacientes, fijados con clavos intramedulares de 10 mm, 11 mm, 12 mm y 13 mm de diámetro, se dividió a los pacientes en cuatro grupos según el diámetro del clavo. Se observó que no hubo diferencia estadística en las tasas de consolidación de la fractura entre los cuatro grupos.
Entonces, ¿esto también es así para las fracturas simples de la diáfisis tibial?
En un estudio prospectivo de casos y controles con 60 pacientes, los investigadores dividieron a los 60 pacientes en dos grupos de 30 cada uno. El grupo A se fijó con clavos intramedulares finos (9 mm para mujeres y 10 mm para hombres), mientras que el grupo B se fijó con clavos intramedulares gruesos (11 mm para mujeres y 12 mm para hombres).
Los resultados indicaron que no hubo diferencias significativas en los resultados clínicos ni en las imágenes entre los clavos intramedulares delgados y gruesos. Además, los clavos intramedulares delgados se asociaron con tiempos quirúrgicos y de fluoroscopia más cortos. Independientemente de si se utilizó un clavo de diámetro grueso o delgado, se realizó un fresado moderado antes de la inserción del clavo. Los autores sugieren que, para las fracturas simples de la diáfisis tibial, se pueden utilizar clavos intramedulares de diámetro delgado para la fijación.
Hora de publicación: 17 de junio de 2024