Las fracturas de clavícula son unas de las fracturas más comunes de miembros superiores en la práctica clínica, y el 82% de las fracturas de clavícula son fracturas de diáfisis media. La mayoría de las fracturas de clavícula sin desplazamiento significativo pueden tratarse de forma conservadora con vendajes en forma de ocho, mientras que aquellas con desplazamiento significativo, tejido blando interpuesto, riesgo de compromiso vascular o neurológico o altas demandas funcionales pueden requerir fijación interna con placas. La tasa de pseudoartrosis tras la fijación interna de las fracturas de clavícula es relativamente baja, aproximadamente el 2,6%. Las pseudoartrosis sintomáticas suelen requerir cirugía de revisión, siendo el abordaje principal el injerto de hueso esponjoso combinado con fijación interna. Sin embargo, el manejo de las pseudoartrosis atróficas recurrentes en pacientes que ya se han sometido a una revisión de pseudoartrosis es extremadamente difícil y sigue siendo un dilema tanto para los médicos como para los pacientes.
Para abordar este problema, un profesor del Hospital de la Cruz Roja de Xi'an utilizó de forma innovadora un injerto estructural de hueso ilíaco autólogo combinado con un injerto de hueso esponjoso autólogo para tratar pseudoartrosis refractarias de fracturas de clavícula tras una cirugía de revisión fallida, obteniendo resultados favorables. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista "International Orthopaedics".

Procedimiento quirúrgico
Los procedimientos quirúrgicos específicos se pueden resumir en la siguiente figura:

a: Retirar la fijación clavicular original, retirar el hueso esclerótico y la cicatriz fibrosa en el extremo roto de la fractura;
b: Se utilizaron placas plásticas de reconstrucción de clavícula, se insertaron tornillos de bloqueo en los extremos interno y externo para mantener la estabilidad general de la clavícula y no se fijaron tornillos en el área a tratar en el extremo roto de la clavícula.
c: Después de la fijación de la placa, taladre agujeros con una aguja de Kirschler a lo largo del extremo roto de la fractura hacia adentro y hacia afuera hasta que el agujero supure sangre (signo del pimiento rojo), lo que indica un buen transporte de sangre ósea aquí;
d: En este momento, continúe perforando 5 mm por dentro y por fuera, y perforando agujeros longitudinales en la parte posterior, lo que favorece la siguiente osteotomía;
e: Después de la osteotomía a lo largo del orificio perforado original, mueva la corteza ósea inferior hacia abajo para dejar un canal óseo;
f: Se implantó hueso ilíaco bicortical en el surco óseo, y luego se fijaron con tornillos la corteza superior, la cresta ilíaca y la corteza inferior; el hueso esponjoso ilíaco se insertó en el espacio de la fractura.
Típico
casos:
▲ El paciente era un hombre de 42 años con una fractura de la sección media de la clavícula izquierda causada por un traumatismo (a); Después de la cirugía (b); Fractura fija y pseudoartrosis ósea dentro de los 8 meses posteriores a la cirugía (c); Después de la primera renovación (d); Fractura de placa de acero 7 meses después de la renovación y sin consolidación (e); La fractura se consolidó (h, i) después del injerto óseo estructural (f, g) de la corteza del íleon.
En el estudio del autor se incluyeron un total de 12 casos de pseudoartrosis ósea refractaria, todos los cuales lograron la consolidación ósea después de la cirugía, y 2 pacientes presentaron complicaciones, 1 caso de trombosis de la vena intermuscular de la pantorrilla y 1 caso de dolor por extirpación del hueso ilíaco.
La pseudoartrosis clavicular refractaria es un problema muy complejo en la práctica clínica, que supone una gran carga psicológica tanto para pacientes como para médicos. Este método, combinado con injerto óseo estructural de hueso cortical del íleon e injerto de hueso esponjoso, ha logrado buenos resultados de consolidación ósea y su eficacia es precisa, lo que puede servir de referencia para los médicos.
Hora de publicación: 23 de marzo de 2024