Las fracturas de la cabeza y el cuello radiales son frecuentes en la articulación del codo, a menudo como resultado de fuerzas axiales o tensión en valgo. Cuando la articulación del codo está en extensión, el 60 % de la fuerza axial sobre el antebrazo se transmite proximalmente a través de la cabeza radial. Tras una lesión en la cabeza o el cuello radiales debida a una fuerza, las fuerzas de cizallamiento pueden afectar el capitel del húmero, lo que puede provocar lesiones óseas y cartilaginosas.
En 2016, Claessen identificó un tipo específico de lesión en la que las fracturas de la cabeza y el cuello del radio se acompañaban de daño óseo/cartílago en el capitellum humeral. Esta afección se denominó "lesión en beso", y las fracturas que incluían esta combinación se denominaron "fracturas en beso". En su informe, incluyeron 10 casos de fracturas en beso y encontraron que 9 casos presentaban fracturas de la cabeza del radio clasificadas como tipo Mason II. Esto sugiere que, en el caso de las fracturas de la cabeza del radio tipo Mason II, se debe tener mayor cuidado con las posibles fracturas acompañantes del capitellum humeral.
En la práctica clínica, las fracturas en beso son muy propensas a diagnósticos erróneos, especialmente en casos con un desplazamiento significativo de la fractura de la cabeza/cuello del radio. Esto puede llevar a que se pasen por alto lesiones asociadas al capítulo del húmero. Para investigar las características clínicas y la incidencia de las fracturas en beso, investigadores extranjeros realizaron un análisis estadístico con una muestra más grande en 2022. Los resultados son los siguientes:
El estudio incluyó un total de 101 pacientes con fracturas de cabeza/cuello radial que fueron tratados entre 2017 y 2020. En función de si tenían una fractura asociada del capítulo del húmero en el mismo lado, los pacientes se dividieron en dos grupos: el grupo del capítulo (Grupo I) y el grupo sin capítulo (Grupo II).
Además, se analizaron las fracturas de cabeza radial según su localización anatómica, la cual se dividió en tres regiones: la zona segura, la zona medial anterior y la zona medial posterior.
Los resultados del estudio revelaron los siguientes hallazgos:
- Cuanto más alta sea la clasificación Mason de las fracturas de cabeza radial, mayor será el riesgo de fracturas acompañantes de capitel. La probabilidad de que una fractura de cabeza radial tipo I de Mason se asocie con una fractura de capitel fue del 9,5 % (6/63); para la tipo II de Mason, fue del 25 % (6/24); y para la tipo III de Mason, fue del 41,7 % (5/12).
- Cuando las fracturas de la cabeza radial se extendieron hasta afectar el cuello radial, el riesgo de fracturas del capitel disminuyó. La literatura no identificó casos aislados de fracturas del cuello radial acompañadas de fracturas del capitel.
- Según las regiones anatómicas de las fracturas de la cabeza radial, las fracturas ubicadas dentro de la “zona segura” de la cabeza radial tenían un mayor riesgo de estar asociadas con fracturas del capítulo.
▲ Clasificación de Mason de las fracturas de la cabeza radial.
▲ Caso de un paciente con fractura en beso, donde la cabeza radial se fijó con una placa de acero y tornillos, y el capítulo del húmero se fijó utilizando tornillos Bold.
Hora de publicación: 31 de agosto de 2023